sábado, 14 de febrero de 2009

RAZAS HOSTILES. OGROS.



RAZAS HOSTILES.

Por razas hostiles, el mundo humano y con anterioridad el mundo elfo designaba a ciertos grupos de criaturas con las que solían mantener relaciones de enfrentamiento. El mundo élfico lo hizo por considerarlos primitivos y salvajes, apenas animales… el mundo Humano, atendiendo a estos mismos patrones heredados, los combatió ferozmente y anexionó o los expulsó de las tierras que el incipiente Imperio necesitaba para expandir su poder. Las guerras contra las razas hostiles, como las Cruzadas al Arröstann eran habitualmente utilizadas por los emperadores para reforzar su liderazgo interno y cohesionar su hegemonía.
Dentro de las razas hostiles destacamos a:


Imagen extraída del universo de Warhammer.
OGROS.

Allwënn fue el primero en llegar al más próximo de los despojos. Resultaba una montaña de carne fofa ensangrentada, fulminado por una flecha que le atravesaba la base del cráneo.
—Ogros —sentenció el mestizo de enanos alzando por los cabellos la cabeza hundida en el fangoso suelo, liberándola del viscoso abrazo. Eran criaturas muy grandes y robustas a pesar de la obesidad que se acumulaba en sus miembros rechonchos y abultados vientres carnosos. Sus rostros eran horribles y bofos con desmesuradas mandíbulas.
—Hay huellas de ellos por todas partes —dedujo Ishmant mirando a su alrededor—. Quizá una veintena; atacaron por sorpresa, quizá durante la noche.

EL ENVIADO. Libro I.



Los ogros son criaturas formidables en cuanto a su potencia física. Son humanoides exagerados y desproporcionados en todas sus dimensiones y facetas. Rondando los dos metros de alto y rozando los trescientos kilos de peso por término medio, estas criaturas son de una potencialidad bélica extraordinaria. Tienen una estructura social basada en lazos parentales sanguíneos pero más acorde con el concepto manada que familia o tribu. Los vínculos entre ellos suelen ser puntuales y ante una necesidad común, habitualmente partidas de saqueo, suelen agruparse varios grupos de machos guerreros. Tienen un hábitat disperso y no se le conocen edificaciones practicando un modo de vida primitivo basado en la caza y carroñeo. Suelen vivir en cuevas y en grupos pequeños. Tienen una jerarquización social muy básica, primando los machos guerreros de entre los que destaca el Caudillo y una primitiva casta de sacerdotes o chamanes que practican ritos animistas muy primarios. Hembras y niños se mantienen al margen social. Los ogros no suelen vivir lo suficiente como para llegar a viejos, si no acaban muertos en sus razzias, suelen matarse entre ellos. La presión que sobre ellos ejerció la expansión del Imperio, que los consideraba altamente peligrosos (hay que tener en cuenta que son carnívoros) se saldó con su desaparición casi total de sus habituales lugares de hábitat y tras ello de sus habituales modos de vida que era el recurso de la caza. Esto forzaría su coalición en clanes y Partidas de Guerra lideradas por caudillos que se dedicaban al saqueo hasta que eran exterminados antes o después por las autoridades locales. Muchas de estas partidas serían frecuentemente utilizadas como mercenarios ya fuese por intereses militares como refuerzo de la tropa o por alguien lo suficientemente listo como para hacerles luchar por él a cambio de protección. Tampoco era extraño encontrarles como guardaespaldas y matones al servicio de los más variados intereses.

Nota: Las ilustraciones corresponden al universo de Guild War 2 y representan la raza de los Jotun, cuyo aspecto se aproxima con precisión al concepto de Ogro que se maneja en esta Saga.

Todas las imágenes del blog tienen una función exclusiva de ambientación.

2 comentarios:

luna! dijo...

considero que los ogros si eran hostiles, pero al igual es interesante como una manada o sociedad de este tipo aun siendo tan agresiva , lograban digamos convivir...

Unknown dijo...

Tiendo a configurar sociedades, creo que es el saldo de mi formación como historiador. Suelo evitar la imagen de criaturas solitarias que vagan por la geografía. Sé que, en el caso del ogro, esa es la visión más habitual, pero yo trato siempre de configurar sociedades o al menos fórmulas de cooperación por primitivas que estas sean. Creo que aportan solidez y realismo a un universo que si bien es fantástico he querido que tenga aspecto profundamente racional e histórico. Supone una elección de autor, ni más válida ni censurable que cualquier otra fórmula.